Estamos paseando con nuestro perro y de repente… nuestro perro comienza a cojear sin motivo aparente. ¿Qué puede estar sucediendo?

Motivos por los que mi perro cojea

Hay muchas razones por las que nuestra mascota puede sufrir cojera. Puede ser una simple molestia, una leve lesión o algo que sucede a causa de un problema más grave de salud. Es posible que algo se haya metido entre sus dedos: una espiga, una pequeña piedra,… puede que un esguince que se haya hecho corriendo y jugando o algo más grave como una rotura o síntoma de alguna enfermedad.

Si notamos que nuestra mascota cojea, es una señal certera de que algo está mal. Las patas de los perros son muy delicadas. También las almohadillas, que pueden herirse de muchas maneras. Nuestros perros son animales activos, así que pueden sufrir -con cierta facilidad- lesiones en las patas, como la rotura de huesos, lesiones musculares o desgarro de ligamentos.

Entendemos como cojera la incapacidad del perro para usar una o más de sus extremidades y, en este artículo, el equipo de SURvet, queremos hablar las posibles causas y cómo tratarla.

¿Cómo saber si mi perro tiene un esguince, una fractura, o una fisura?

Un esguince es la rotura parcial o total de los ligamentos o de las fibras musculares que forman las articulaciones de las extremidades delanteras o traseras de nuestro perro. En veterinaria, el término exacto para referirse a “esguince” es “distensión”.

Los ligamentos son tejidos conectivos fibrosos que desempeñan la función de unir los huesos en las articulaciones. Su principal objetivo es permitir el movimiento de las articulaciones al mismo tiempo que brindan estabilidad. Normalmente, son muy resistentes, pero cuando se produce una sobrecarga debido a una lesión traumática, es cuando ocurren los esguinces.

Cuando mayor sea la rotura de las fibras o ligamentos, más grave será la lesión y más prolongado el tiempo de recuperación.

¿Cuáles son los síntomas y diferencias entre estas lesiones?

Los primeros síntomas que detectaremos en este tipo de lesiones en la articulación de nuestra mascota son dolor, incomodidad y limitación de movimiento en la extremidad o extremidades afectadas:

  • El primer síntoma es la cojera, además de que no termina de apoyar en el suelo la pata afectada.
  • Sensibilidad en la articulación. No será fácil que se deje tocar en la extremidad dañada, y nuestro perro podrá reaccionar con gestos de dolor cuando sujetemos su pata, aunque sea presionando levemente.
  • Inflamación de la zona afectada. La hinchazón e inflamación en torno a la articulación son otras de las señales que indican que se ha producido un esguince. En parte, el grado del esguince determina el nivel de inflamación que presente la extremidad.
  • Estado de estrés. El dolor y las molestias que siente nuestro perro puede producirle estrés, manifestándolo con comportamiento nervioso, ladridos, gemidos y con un lamido reiterativo de la zona.

Esguinces

Posibles causas del esguince

Entre las posibles causas por las que se produce un esguince encontramos:

  • Una caída, un salto mal dado o un tropiezo pueden ser las causas de un esguince en alguna de las patas de nuestra mascota.
  • También puede ser que se produzcan cuando nuestro perro se ha peleado con otro o juega de forma brusca.
  • La degeneración paulatina por edad o por enfermedad de las fibras musculares y de los ligamentos que conforman las patas de nuestro perro son también posibles causas, así como el sobrepeso, que puede favorecer que se produzcan esguinces.

La aparición de síntomas claros de cojera, no implica que nuestro perro padezca un esguince. Recordemos que este síntoma también se muestra, por ejemplo, cuando nuestra mascota se clava algo en una pata o entre sus almohadillas.

Tipos de esguinces

Al igual que en los humanos, la gravedad de este tipo de lesiones se categoriza por niveles. Según aumentamos de nivel, la gravedad del esguince va ascendiendo.

  • Esguince nivel 1. Es la más leve. El ligamento de nuestro perro se ha roto mínimamente. El paciente es capaz de andar, pero le causa molestias, por lo que no puede caminar como siempre. La inflamación de la zona y los dolores son reseñables.
  • Esquince nivel 2. En este nivel, el ligamento y las fibras musculares de la articulación se rompen, sin que los huesos se vean afectados. Supone un desgarro mayor respecto al primer nivel. Los síntomas son más graves: hay mayor dolor, por lo tanto, mayores molestias, hinchazón y más expresión de angustia de nuestro perro.
  • Esquince nivel 3. Es el esguince más agresivo, aunque el menos frecuente, ya que los ligamentos quedan totalmente rotos y los huesos de la articulación también se ven afectados. Sólo aparece esta grave lesión en casos excepcionales, a consecuencias de graves accidentes.

 Tratamiento de los esguinces en perros

Ante la menor sospecha de que nuestro perro tiene un esguince, debemos acudir urgentemente al veterinario, que es el profesional cualificado que, tras realizar diversas pruebas, confirmará si nuestra  mascota padece un esguince o no.  A la hora de hablar del tratamiento para curar el esguince, hay que señalar que el mismo dependerá del grado de nivel de la dolencia y del historial veterinario de nuestra mascota. El tratamiento general para un esguince que nuestro veterinario pautaría, sería el siguiente:

  • Fármacos específicos para calmar la inflamación y el dolor en la zona. En este sentido, destacamos antiinflamatorios y analgésicos. Siempre, siempre deben de ser prescritos y pautados por el veterinario.
  • Reposo absoluto. El movimiento debe ser mínimo. Se trata de una pauta clave para que el ligamento de la articulación pueda recuperarse de la forma más rápida y sana posible.
  • Cirugía. En los esguinces más graves, será totalmente necesaria la cirugía para poder reconstruir la articulación de tu mascota.

Y además…

  • Revisiones periódicas, ya que el seguimiento de la recuperación es básico para que esta se complete correctamente.
  • Técnicas para ejercitar la articulación. Una vez nuestro perro se encuentra en la última fase de recuperación tras una intervención quirúrgica, muchos veterinarios recomiendan la realización de técnicas que ayudan a recuperar el movimiento en las patas, como puede ser la fisioterapia e hidroterapia.

Fracturas óseas

La fractura es la rotura total de un hueso. Se produce cuando la fuerza o presión que se ejerce sobre el mismo supera la capacidad de resistencia del tejido óseo.

Se puede originar por accidentes como atropellos, caídas desde grandes alturas o, en general, golpes fuertes. Cuando se da una fractura, existe también la posibilidad de daños internos que no se pueden detectar a simple vista, como hemorragias o lesiones en los órganos.

Todas las fracturas requieren tratamiento veterinario, ya sea inmovilización o intervención quirúrgica.

Fisuras óseas

Una fisura ósea es una fractura de hueso incompleta. Se podría decir que es como una grieta que se produce en el hueso y éste no queda totalmente afectado. Así pues, se trata de una rotura, pero de menor gravedad y con menos fuerza que la rotura que produce una fractura.

Las fisuras óseas también se diferencian por la sintomatología que presentan, siendo los síntomas similares, pero más leves. Por otro lado, la fisura no cursa con tanta falta de movimiento, ni inflamación, por lo que los plazos de recuperación suelen ser más cortos y rápidos.

Si nuestro perro sufre una fisura ósea, el tratamiento será el mismo, pero los plazos de recuperación se acortan debido a la menor gravedad de ésta con respecto a la fractura.

Tipos de fracturas óseas

Una de las maneras de clasificar una fractura en las extremidades en los perros, es según su forma.

Los tipos de fractura más comunes son los siguientes:

  • Fractura oblicua: es una fractura en forma diagonal.
  • Fractura transversal: divide al hueso en el plano transverso.
  • Fractura espiroidea: la rotura se produce en espiral alrededor del hueso.
  • Fractura conminuta: el hueso se rompe en varios fragmentos.

Y además…

  • Abiertas o compuestas: el hueso es visible a través de la herida que se produce. Esta exposición del hueso hace que estas fracturas tengan más posibilidades de infectarse.
  • Cerradas: en la piel no se aprecia ningún daño, pero sí puede haber algunos signos que nos hagan sospechar de la presencia de una fractura ósea. 

Síntomas de las fracturas óseas

La sintomatología más frecuente cuando se produce una fractura es la siguiente:

  • El síntoma principal es el dolor extremo. Puede acompañarse de presencia de estrés con jadeos y gemidos, entre otras manifestaciones.
  • La absoluta incapacidad de movimiento de la extremidad en la que se ha producido la fractura e inflamación en la zona en la que se ha producido la lesión.
  • Crepitación que podemos identificar cuando, al mover la pata, el hueso emite un sonido similar a un crujido.
  • Ausencia de apetito o dificultades respiratorias, dependiendo de la gravedad de fractura.

Tratamiento para las fracturas en perros 

En general, en los casos en los que el perro tan solo sufre una fractura y esta no es muy complicada, el pronóstico es bueno.

  • El profesional veterinario recolocará los huesos que se hayan desplazado o roto y los fijará para que puedan soldar en la posición correcta.
  • Según el tipo de la fractura y teniendo en cuenta el historial del perro, la fijación se hará inmovilizando la zona afectada con un vendaje o una férula.
  • Si la fractura lo requiere, se llevará a cabo una intervención quirúrgica, pudiéndose recurrir a la colocación de placas metálicas o a tornillos para solucionar la fractura.

¿Cuánto tiempo tarda en curar un esguince, una fractura, o una fisura en la pata? ¿Cuánto tarda en soldar un hueso de perro?

Lo más difícil del proceso de las fracturas es la recuperación. Ni siquiera la mejor cirugía de todas podría ayudar a soldar el hueso si la recuperación no es la adecuada.

La sanación de un hueso y el tiempo de recuperación dependen de muchos factores:

  • Tipo de fractura, raza, peso, edad, historial veterinario de nuestra mascota, etc. Los perros de tamaño pequeño tienen mejores pronósticos que los perros de talla grande, debido a que son menos pesados.
  • También se le debe dar mucha importancia al tipo de fractura y sus cuidados; una fractura que no haya sido tratada puede conllevar una infección y eso atrasaría en gran medida la recuperación.
  • Hay que calcular varias semanas de recuperación si el tratamiento y los cuidados posteriores son los correctos.
  • La recuperación o el posoperatorio pueden ser largos y nuestra mascota necesitará de cuidados específicos una vez de regreso a casa.
  • Es imprescindible seguir las indicaciones del veterinario en cuanto a movilidad del perro, tratamientos, rehabilitación y seguimiento.

En la recuperación de un esguince, fractura o fisura, existe un periodo prolongado de inmovilización, con el fin de consolidar los huesos que se han separado.

La inmovilización provoca una pérdida de musculatura importante en muy poco tiempo, cuya recuperación, a posteriori, debemos de tener en cuenta en nuestro tratamiento. El profesional veterinario y los especialistas en fisioterapia canina indicarán, si fuera necesario, cuál es el tratamiento adecuado para seguir con la recuperación de nuestra mascota.

¿Qué pasa si no se trata a tiempo la fractura, la fisura o el esguince?

El no tratar a tiempo una lesión como una fractura, esguince o fisura, puede provocar el endurecimiento del tejido blando que rodea la zona afectada y debilitar los músculos. También es posible que se hayan producido cicatrices e inflamación en el tejido blando mientras se curaba la fractura, lo que conlleva dolor y dificultad de movimiento.

En resumen:

  • La lesión de nuestro perro puede empeorar, siendo cada vez más dolorosa y ocasionando -posiblemente- una pérdida de función en la articulación y viéndose afectada toda la extremidad.
  • Puede producirse una grave infección, lesión en los nervios y los vasos sanguíneos, coágulos de sangre e incluso una grave embolia grasa(la médula ósea ingresa al torrente sanguíneo y puede viajar hasta los pulmones), con el peligro que ello conlleva.
  • Por último, es imprescindible destacar la importancia de un correcto tratamiento. De otra forma corremos el riesgo de que la fractura se consolide de forma incorrecta.

Acciones cotidianas como saltar del sofá o la cama, dar un resbalón o traspiés en nuestros paseos diarios o mientras nuestro perro juega con otros perros… puede causar una lesión en tejidos blandos o en los huesos. Y si esto sucede y nuestro perro sufre un esguince, rotura o fisura, para desplazarlo al veterinario, os recomendamos ponerlo en alguna superficie que pueda hacer la función de camilla. Para moverlo, lo recomendable es hacer pasar una de nuestras manos bajo su hombro y la otra bajo su muslo, al tiempo que lo haces deslizar cuidadosamente sobre la plancha de madera u otro material duro y no flexible que sirva de camilla. Además, debemos asegurarnos de que permanece inmovilizado durante el viaje hacia el hospital o centro veterinario.

Si cree que su perro ha sufrido una distensión o fractura ósea, en SURvet contamos con un equipo de veterinarios que te atenderá rápidamente y llevará a cabo un diagnóstico. Puede contactar con nuestro centro a través del teléfono +34 934 594 500.

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