El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida Felina (SIDA Felino), es una enfermedad viral causada por el Virus de la Inmunodeficiencia Felina (FIV, por sus siglas en inglés). Este virus afecta el sistema inmunológico de los gatos, haciéndolos más vulnerables a infecciones y enfermedades secundarias.

Se trata de un virus específico de la especie y los gatos que viven con la enfermedad no pueden trasmitírsela a sus propietarios. Se trata de una dolencia importante, pero los felinos que la padecen pueden vivir durante muchos años con los cuidado adecuados.

¿Qué es el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida Felina? ¿Qué síntomas presenta y cuáles son las etapas de progresión? ¿Se puede prevenir? En este artículo, el equipo de SURvet explicamos todo lo que necesita saber sobre esta afección y aportaremos información para aclarar sus dudas.

¿Qué es la inmunodeficiencia viral felina?

El FIV es un retrovirus que ataca las células del sistema inmunológico del gato, debilitando sus defensas y dejando al felino expuesto a diversas enfermedades. Aunque se compara con el VIH en humanos, es importante aclarar que el FIV es específico de los gatos y no puede transmitirse a personas u otras especies, como hemos señalado anteriormente.

¿Cómo se transmite?

La principal vía de transmisión es a través de mordeduras profundas, generalmente en peleas entre gatos. La presencia del virus en la saliva de los gatos contagiados, es muy alta y un simple mordisco puede bastar para contraer la enfermedad. También puede transmitirse de madre a cría durante el parto o la lactancia, incluso si los gatitos nacen sanos, aunque esta vía es menos común.
La convivencia entre gatos sanos puede ser un factor de riesgo. Aunque el virus no se propaga con el contacto casual o el uso compartido de platos y cajas de arena, sí se puede contagiar por lamido, puesto que, los felinos que viven juntos, interaccionan de diversas maneras entre ellos: no es necesario que se peleen y se produzcan heridas.

 

Síntomas de la inmunodeficiencia felina

Los gatos infectados pueden permanecer asintomáticos durante años antes de mostrar signos de la enfermedad.

Cuando aparecen síntomas, pueden incluir:

  • Pérdida de peso progresiva.
  • Infecciones recurrentes -respiratorias, dermatológicas, urinarias, …-.
  • Inflamación de encías -gingivitis- y problemas dentales.
  • Fiebre intermitente.
  • Letargo, debilidad y apatía.
  • Problemas neurológicos en los casos más avanzados.

Etapas de la inmunodeficiencia vírica en gatos y su progresión

La inmunodeficiencia vírica felina sigue un curso progresivo en el organismo del gato. Aunque algunos felinos pueden vivir largos años sin síntomas graves, la enfermedad atraviesa diversas etapas que afectan su sistema inmunológico y bienestar general.

A continuación, analizamos las etapas del FIV y su evolución en los gatos infectados:

  1. Infección aguda. Esta es la fase inicial, que ocurre en las primeras semanas o meses después de la infección. El virus comienza a replicarse y se disemina por el cuerpo a través del sistema linfático.
    Síntomas posibles: fiebre leve, inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida de apetito, letargo.
    Muchos gatos superan esta etapa sin síntomas evidentes, lo que hace que la infección pase desapercibida.
  2. Fase asintomática (latencia clínica). En esta etapa, el virus permanece en el organismo pero sin causar signos clínicos evidentes. Puede durar meses o incluso años. Durante este período, el sistema inmunológico se debilita gradualmente.
    Características principales: no hay síntomas visibles, algunos gatos pueden presentar ligeras infecciones recurrentes, el gato sigue actuando con normalidad.
    Esta fase es crucial, ya que aunque el gato parezca saludable, el virus continúa replicándose y dañando su sistema inmunológico.
  3. Etapa de enfermedades secundarias. A medida que el sistema inmunológico se debilita, el gato se vuelve más susceptible a infecciones oportunistas y otras enfermedades.
    Síntomas comunes: infecciones recurrentes -respiratorias, de piel, digestivas, urinarias-, inflamación de encías y enfermedades dentales, pérdida de peso progresiva, diarrea crónica, problemas dermatológicos -úlceras, abscesos-, fiebre repetitiva.
  4. Etapa terminal (SIDA felino). En la fase final, el sistema inmunológico del gato está severamente comprometido, y por lo tanto, su esperanza de vida, lo que permite que enfermedades graves y letales se desarrollen.
    Síntomas avanzados: caquexia -pérdida extrema de peso y masa muscular-, anemia grave, enfermedades neurológicas -descoordinación, convulsiones, cambios de comportamiento-, cáncer o enfermedades autoinmunes, fallo orgánico múltiple.
    Los gatos en esta etapa requieren cuidados paliativos y supervisión veterinaria constante para mantener su calidad de vida el mayor tiempo posible.

Diagnóstico y tratamiento del sida felino

El diagnóstico del FIV se realiza mediante pruebas de sangre, como el test ELISA o el Western Blot, que detectan la presencia de anticuerpos contra el virus.
Es recomendable realizar pruebas a gatos nuevos antes de introducirlos en un hogar con otros felinos.

Tratamiento y cuidados del gato con inmunodeficiencia felina

No existe una cura para el SIDA felino, pero con cuidados adecuados, los gatos infectados pueden llevar una vida larga y saludable.

Algunas recomendaciones incluyen:

  • Alimentación de alta calidad para fortalecer el sistema inmunológico.
  • Control veterinario regular para detectar y tratar infecciones oportunistas.
  • Evitar el estrés y proporcionar un ambiente tranquilo.
  • Mantener al gato en interiores para prevenir la exposición a enfermedades.
  • No vacunar con virus vivos modificados, ya que pueden ser riesgosos para gatos inmunodeprimidos.
  • Monitoreo de síntomas y tratamiento temprano ya que un gato con FIV puede ser más propenso a enfermedades como gingivitis, infecciones respiratorias y problemas cutáneos.

Es muy importante seguir las pautas del profesional veterinario y acudir a todas las revisiones que el mismo recomiende.

¿El sida felino se puede prevenir?

La mejor forma de prevenir la infección es evitar que los gatos tengan peleas con otros felinos desconocidos. La esterilización reduce la agresividad y el riesgo de mordeduras.
Si adopta un gato nuevo, es aconsejable realizarle pruebas antes de permitir el contacto con otros gatos del hogar.

La inmunodeficiencia vírica en gatos se puede prevenir con pautas de control como:

  • Supervisión de las salidas al exterior. Permitir que los gatos disfruten del exterior puede ser beneficioso para su bienestar, ya que explorar el entorno les proporciona estimulación y ejercicio. Sin embargo, el riesgo de contraer el Virus de la Inmunodeficiencia Felina (VIF) aumenta cuando tienen contacto con otros gatos en la calle. No es necesario restringir por completo sus salidas, pero sí es recomendable supervisarlas. Si cuenta con un jardín, acondicionarlo como un espacio seguro es una excelente opción para que su gato disfrute del aire libre con menor riesgo.
  • Esterilización para reducir el riesgo de contagio. El principal medio de transmisión del VIF son las mordeduras durante peleas entre gatos, como hemos indicado preciamente, especialmente en la época de celo. Los machos no esterilizados son más propensos a involucrarse en conflictos territoriales, lo que aumenta su riesgo de infección. La castración reduce la agresividad y el deseo de vagabundeo, disminuyendo así las posibilidades de contagio. Además, la mayoría de las peleas ocurren de noche, por lo que mantener a tu gato dentro de casa durante esas horas puede ayudar a prevenir encuentros peligrosos.
  • Analítica antes de introducir un nuevo gato en casa. Si ha pensado acoger un nuevo gato en su hogar, es fundamental realizarle pruebas para detectar el VIF antes de que conviva con otros felinos. Esto es especialmente importante si el gato proviene de la calle o de un entorno desconocido. Un diagnóstico previo garantiza la seguridad de todos los gatos del hogar y permite tomar medidas adecuadas en caso de un resultado positivo.
  • Uso de comederos y bebederos individuales. Si bien la transmisión del VIF a través de la saliva es menos común que por mordeduras, la carga viral en la saliva es alta. Para minimizar cualquier posible riesgo de contagio, se recomienda que cada gato tenga su propio comedero y bebedero, especialmente en hogares con múltiples felinos o colonias controladas.

¿Existe alguna diferencia entre la leucemia felina y la inmunodeficiencia felina?

La leucemia felina (FeLV) y la inmunodeficiencia felina (FIV) están causadas por retrovirus y tienen algunas similitudes, existen diferencias clave en su transmisión, síntomas y evolución.

A continuación, reflejamos las diferencias más importantes:

Agente Causante

  • Leucemia Felina (FeLV): provocada por el virus de la leucemia felina (FeLV), es un retrovirus que afecta principalmente la médula ósea y puede causar cáncer, anemia e inmunosupresión.
  • Inmunodeficiencia Felina (FIV): causada por el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV), es un retrovirus que ataca directamente el sistema inmunológico del gato, debilitándolo progresivamente.

Forma de transmisión

  • FeLV: Se transmite principalmente a través del contacto con saliva, secreciones nasales, sangre, orina y heces. Puede contagiarse mediante lamidos, compartiendo comederos, bebederos o en peleas entre gatos. También puede transmitirse de madre a cría durante la gestación o la lactancia.
  • FIV: Se propaga principalmente a través de mordeduras profundas durante peleas entre gatos. La transmisión por saliva, comederos o contacto casual es poco común. También puede transmitirse de madre a cría, aunque es menos frecuente.

Síntomas y evolución

  • FeLV: puede presentar síntomas como pérdida de apetito, anemia, inflamación de encías, infecciones recurrentes, tumores y linfomas. Su progresión puede ser rápida y letal en muchos casos.
  • FIV: tiene una progresión más lenta. Los gatos infectados pueden vivir años sin síntomas graves. A medida que la enfermedad avanza, pueden sufrir infecciones recurrentes, pérdida de peso, gingivitis, problemas neurológicos y afecciones crónicas.

Diagnóstico

Ambas enfermedades se detectan mediante pruebas de sangre específicas (test ELISA y PCR). Se recomienda hacer pruebas a cualquier gato nuevo antes de introducirlo en un hogar con otros felinos.

Pronóstico y tratamiento

  • FeLV: es más agresiva y puede reducir significativamente la esperanza de vida del gato. No tiene cura, pero algunos gatos pueden vivir con calidad de vida si reciben cuidados adecuados.
  • FIV: no tiene cura, pero con manejo adecuado, una dieta equilibrada y control veterinario, los gatos pueden vivir muchos años sin complicaciones graves.

Aunque la leucemia felina y la inmunodeficiencia felina afectan el sistema inmunológico y pueden ser mortales, presentan diferencias clave en su transmisión, progresión y pronóstico. La prevención mediante pruebas, vacunación contra FeLV y control de peleas entre gatos es fundamental para proteger a nuestros felinos y garantizar su bienestar.

El FIV es una enfermedad progresiva con una evolución variable. Algunos gatos pueden vivir años sin complicaciones graves, mientras que otros desarrollan síntomas con mayor rapidez. Un diagnóstico temprano y una atención veterinaria adecuada pueden mejorar significativamente la calidad de vida del gato infectado, ayudándolo a vivir una vida plena a pesar del virus.

Si detecta algún cambio significativo en su gato y reconoce alguno de los síntomas de FIV, en SURvet ponemos a su disposición atención veterinaria 24 horas, gracias a un equipo que le atenderá todos los días del año en horario de urgencia. Puede contactar con nuestro centro a través del teléfono  +34 934 594 500.

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