Al igual que en los humanos, las hernias en perros son bultos y protuberancias que se originan cuando se produce la salida de su posición habitual del tejido de algún órgano. Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo de hernia: pueden incluir dolor, debilidad, parálisis, dificultad para orinar o defecar y un bulto en la zona afectada.

En este artículo, el equipo de SURvet os hablaremos de las dolencias asociadas a una hernialos tipos de hernias más comunes en perros, como es importante buscar atención veterinaria si se sospecha de una hernia en un perro y seguir las indicaciones del especialista en la materia para garantizar la mejor posibilidad de recuperación del paciente.

¿Que és una hernia en perros y como se detecta?

Todas las hernias tienen una característica común: son una “salida” de un órgano o parte de un órgano hacia otra estructura, una protuberancia del tejido de algún órgano del cuerpo, aunque no todas las hernias se perciben a simple vista.

Hernias discales, perineales, umbilicales y diafragmáticas (estas cuatro son las más habituales), se manifiestan a través de un bulto o hinchazón en alguna parte de la anatomía.

Las hernias no son consideradas una patología grave, pero son bastante dolorosas y pueden provocar problemas de movilidad. Por lo tanto, es importante su detección y tratamiento temprano.

Causas y Factores del desarrollo de hernias en perros

Existen varios factores que pueden contribuir al desarrollo de hernias en perros, algunos de los cuales son:

  1. Genética: ciertas razas de perros, como el bulldog francés y el teckel, tienen una mayor predisposición a desarrollar hernias discales.
  2. Trauma: un traumatismo o lesión en el área afectada puede causar una hernia.
  3. Edad: los discos intervertebrales pueden degenerarse con la edad, lo que aumenta el riesgo de hernia discal.
  4. Obesidad: los perros obesos tienen un mayor riesgo de desarrollar hernias debido al aumento de presión en la columna vertebral.
  5. Cáncer: algunos tipos de cáncer, como el linfoma, pueden causar hernias debido a la extensión del tumor.
  6. Enfermedad metabólica: algunas enfermedades metabólicas, como la diabetes, pueden debilitar los tejidos y aumentar el riesgo de hernias.

Cómo prevenir las hernias

Es importante recordar que no todos los casos de hernias se pueden prevenir, pero mantener un peso saludable, evitar lesiones y estar atento a los cambios en la salud de vuestro perro puede reducir el riesgo de desarrollar una hernia.

¿Cuáles son los síntomas?

En función de la parte del cuerpo en la que se presente la hernia, los síntomas son muy diversos y compartidos con otras patologías distintas. Algunos de los que más frecuentemente se producirán son:

  • Inflamación, dolor. Distensión abdominal. Hernias abdominales, inguinales.
  • Dificultad para respirar. Hernias diafragmáticas.
  • Debilidad, apatía, pérdida del apetito y del interés por moverse.
  • Falta de coordinación, pérdida de sensibilidad en extremidades. Hernias discales.

Si sospechamos que nuestro perro puede tener una hernia debido a la presencia de un bulto en cualquier parte de su cuerpo, es recomendable buscar atención veterinaria de inmediato y acudir a un centro para realizar un diagnóstico y una estabilización.

¿Qué tipos de hernias son las más frecuentes en perros?

Hernia discal en perros

La hernia discal es una de las patologías neurológicas más diagnosticadas en medicina veterinaria.

Los discos intervertebrales son almohadillas de tejido fibrocartilaginoso que se encuentran entre los cuerpos vertebrales y permiten la correcta articulación de la columna vertebral. En algunos pacientes, estas estructuras pueden sufrir una degeneración debido a la pérdida de elasticidad natural, lo que puede llevar a la salida del disco hacia el canal medular, causando compresión medular y daño neurológico. Así es como se produce una hernia discal.

Este tipo de hernia puede afectar a perros de cualquier raza, morfología y edad, aunque es más común en ciertas razas como el Bulldog francés o el Teckel, especialmente entre los 2 y los 6 años de edad. Aunque con menos frecuencia, también pueden afectar a los gatos. Los signos clínicos, como hemos detallado anteriormente, pueden variar desde episodios de dolor lumbar hasta parálisis de las extremidades.

Las hernias discales pueden tratarse de forma conservadora o quirúrgica, y esta decisión se basa en varios factores, principalmente la gravedad de los síntomas y la edad del paciente. También se deben tener en cuenta otros factores como el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas y la presencia de otras patologías asociadas. La decisión de elegir el tratamiento adecuado debe ser tomada en colaboración con veterinario especializado en medicina veterinaria y en neurocirugía.

Hernias perineales en perros

Las hernias perineales en perros son una condición en la cual una parte del intestino o la vejiga e incluso la próstata (en perros machos) del perro sale a través del orificio perineal, que es la zona entre el ano y los genitales. Estas hernias son más comunes en machos y pueden ser causadas por una debilidad en el músculo o tejido del perineo, una lesión o una enfermedad.

Los signos clínicos pueden incluir un bulto en la zona perineal, dificultad para defecar u orinar y dolor.

La hernia perineal en perros es una patología poco común, pero es importante estar al tanto de su existencia y síntomas, ya que si nuestro perro la padece, es necesario actuar rápidamente para evitar complicaciones graves que pueden poner en peligro su vida. Por lo tanto, es importante buscar atención veterinaria de inmediato si se sospecha de una hernia perineal y seguir las indicaciones del especialista en la materia.

El tratamiento puede incluir cirugía para reparar la hernia y prevenir complicaciones. La cirugía implica la reparación de los músculos y tejidos del perineo, y puede ser necesaria la colocación de una malla para fortalecer la zona.

En algunos casos, se puede recomendar una castración en conjunto con la cirugía para reducir la posibilidad de recurrencia.

Es importante seguir las instrucciones del veterinario sobre la recuperación y el cuidado postoperatorio para garantizar la mejor posibilidad de recuperación del paciente.

Hernias umbilicales en perros

Las hernias umbilicales en perros son una condición en la cual una parte del contenido abdominal sale a través del ombligo. A menudo se forman durante el parto o por causa de un traumatismo, pero también pueden aparecer en cualquier edad por otros factores. En la mayoría de los casos, estas hernias son inofensivas si son pequeñas, si no aumentan de tamaño y no causan síntomas ni malestar en los perros.

A menudo se caracterizan por un bulto suave, blando y liso en el ombligo, que puede variar en tamaño. En algunos casos, puede salir contenido abdominal a través del agujero en la pared abdominal.

Si la hernia es pequeña y no causa problemas, los veterinarios solemos recomendar esperar hasta los seis meses antes de tratarla, para permitir que el cachorro haya completado total o casi completamente su crecimiento. Si estas hernias aumentan de tamaño, existe el riesgo de que parte del contenido abdominal ocupe el saco herniario y se estrangule, en cuyo caso se convierte en una situación de riesgo que debe ser resuelta quirúrgicamente y de urgencia.

Hernias diafragmáticas en perros

Las hernias diafragmáticas en perros y gatos son una condición en la cual una parte del estómago o los intestinos atraviesa el diafragma, el músculo que separa el tórax del abdomen y protruye en la cavidad torácica.

Existen 2 tipos de hernias diafragmáticas: traumáticas y congénitas.

  • Las hernias diafragmáticas traumáticas son causadas por un evento que desgarra el diafragma, como un accidente, una caída desde una altura o una lesión por golpe, o incluso por mordedura penetrante y desgarradora.
  • Las hernias diafragmáticas congénitas están presentes desde el nacimiento y son causadas por un defecto en el desarrollo del diafragma. El tipo más común de hernia diafragmática congénita es la hernia diafragmática peritoneopericárdica (HDPP), que ocurre cuando existe una comunicación congénita entre el abdomen y el saco pericárdico. Entonces una parte del contenido abdominal atraviesa el diafragma y entra en el saco pericárdico que envuelve al corazón.

En ambos casos, los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, fatiga y dolor abdominal.

El tratamiento para reparar una hernia diafragmática en perros y gatos es la cirugía. La intervención quirúrgica debe llevarse a cabo tan pronto como el animal esté estable para recibir anestesia general.

Los pacientes con dificultad respiratoria grave pueden no respirar con comodidad hasta que se les retire el contenido abdominal. La cirugía es urgente si el estómago se ha herniado en la cavidad torácica y se ha distendido con gas, ya que puede impedir que los pulmones se expandan y causar dificultades respiratorias, y además causar colapso circulatorio y problemas de acúmulo de toxinas en las áreas estranguladas.

La reparación quirúrgica suele consistir en entrar en la cavidad abdominal a través de la línea media ventral, devolver los órganos abdominales al abdomen y suturar el desgarro del diafragma.

Además, después de la cirugía y durante el postoperatorio, es importante monitorizar al animal para asegurarse de quese recupere adecuadamente y no presente posibles complicaciones como edema pulmonar por reexpansión, efusión pleural, síndrome de reperfusión, reacción inflamatoria sistémica, etc.

¿Cuál es el pronóstico para el tratamiento de las hernias en perros?

En general, las hernias que se detectan temprano en perros y se tratan adecuadamente tienen un mejor pronóstico.

Por ejemplo, las hernias inguinales y umbilicales en perros a menudo se pueden tratar con éxito mediante cirugía. El pronóstico a largo plazo para estos pacientes es generalmente bueno si se realiza una cirugía temprana y se sigue un cuidado postoperatorio adecuado.

Por otro lado, las hernias diafragmáticas pueden ser más graves y pueden presentar complicaciones respiratorias. El tratamiento de estas hernias suele ser la cirugía, pero el pronóstico puede ser menos favorable si la herniación es crónica o si se presentan complicaciones.

En resumen, el pronóstico para el tratamiento de las hernias en perros puede variar dependiendo del tipo de hernia y de la gravedad de la condición, pero en general, las hernias detectadas temprano y tratadas adecuadamente tienen un mejor pronóstico a largo plazo.

Así pues, es importante trabajar con un veterinario experimentado para garantizar el mejor resultado para tu compañero de cuatro patas. En SURvet contamos con un equipo de veterinarios que le atenderá rápidamente y elaborará un diagnóstico. Puede contactar con nuestro centro a través del teléfono +34 934 594 500 o visitar nuestra página web para obtener más información sobre nuestros servicios y horarios de atención.

Es importante recordar que cualquier cambio en el comportamiento o apariencia física de su perro debe ser evaluado por un veterinario para garantizar la salud y bienestar de su animal. Si sospecha que su perro puede tener una hernia, no dude en contactar a su veterinario para programar una consulta.

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